miércoles, agosto 08, 2007

Duelo de armaduras

The Mighty Thor número 381 

Título: Duelo de armaduras

Título original: Ye olde shelle game!

Guion: Walter Simonson

Lápiz: Sal Buscema

Tinta: Joe Sinnott

Color: Christie Scheele

Valoración: 10 sobre 10


Nota: Anterior a este número existe un crossover en Marvel Héroes: Mefisto y los Vengadores número 30 (Mephisto vs... n. 4)

Frases destacadas: "Es cierto. Los asgardianos han caído bajo una plaga no muy distinta de la que lancé sobre el reino de Karnilla. Quizá no hayamos recobrado toda nuestra fuerza, pero nunca tendremos una oportunidad mejor para vengarnos de los asgardianos. ¡Y con Asgard sometida, reinaremos también triunfantes sobre Jotunheim! ¡Llamad a las armas!" (Utgard-Loki)

"Aunque la creación de Odín fue reducido a una charca de lava por los Celestiales, no podía estar totalmente deshecho. Y la proximidad de un ser viviente bastó para regenerarle. Ahora pasará el resto de la eternidad intentando destruir lo que no puede ser destruido. ¡Diviértete, hermano!" (Loki)


Reseña: El autor ofrece una salida para la difícil situación del protagonista en que quedó en el episodio anterior y establece las bases que le servirán para el siguiente capítulo, el último de la etapa de Simonson en la serie, donde cerrará todos los argumentos pendientes.

Al principio del número, se realiza una referencia al crossover de Mephisto vs... de Al Milgrom y John Buscema (Marvel Heroes número 30) donde el Señor del Mal se disputaba el dominio de las almas de los muertos con su réplica en la mitología asgardiana, es decir, con Hela, soberana de Niffleheim. En concreto, Mefisto reclamó el alma de Thor, pero éste se rebeló contra cualquier tentación o promesa de liberación a pesar de sufrir una agonía indecible por la terrible maldición de Hela. Se trata de un crossover bastante flojo y que no afecta apenas los argumentos principales en la serie de Simonson.

Grundroth y su banda de Gigantes de Hielo se aprovechan de los despojos de la titánica batalla del número anterior. Maldito por la macabra reina de Hel que le impide sanar y morir y destrozado por su reciente pugna contra Jormungand, Thor no puede defenderse de esta panda de gigantes que aprovechan para ensañarse con su desvalido cuerpo.

Por si no fuera poco, Loki el embustero ejecuta una atroz venganza contra los que osaron agraviarlo recientemente. Ya lo vimos al dios del engaño en un número anterior que buscaba en un valle anteriormente ocupado por los Celestiales, algo que le serviera para sus fines. Como la portada revela, lo encontró: se trataba de la armadura del implacable Destructor, creado por Odín para ser la máquina de destrucción definitiva para utilizar como último recurso y para librarse de los Celestiales. El dios malvado logra revivirlo después de que los Celestiales lo redujeran a un estado líquido y se las ingenia para que lo primero que vea, y que por tanto desee destruir imperativamente, sean la banda de Grundroth, cuyos miembros asaltaron su fortaleza hace poco, y al inerte cuerpo inmortal de Thor. Pero ¿cómo podrá exterminar a un ser al que se le ha negado el don de la muerte?

En Asgard, el rey Balder recupera su salud gracias al agua de la vida de las parcas. El soberano asgardiano, junto al poderoso Kurse, un debilitado Volstagg y su hija Hildy acompañados de los gemelos huérfanos mortales buscarán el causante de la nefasta plaga que asola a los asgardianos para hacérselo pagar caro. Además, los gigantes de hielo de Utgard-Loki pretenden aprovechar este momento de debilidad de su ancestrales y divinos enemigos para aniquilarlos.


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